Alguna vez Sergei Eisenstein realizó un ensayo titulado “Prometeo. (La experiencia)” sobre José Clemente Orozco: “Tres veces se cruzaron nuestros caminos. Los Ángeles, Nueva York, ciudad deMéxico. Tres veces dejamos pasar la oportunidad de estrecharnos la mano, cosa que anhelábamos desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, el lugar de nuestro encuentro existe aun cuando no se lo fije geográficamente. Nuestro encuentro: en algún lugar de los campos Elíseos del éxtasis.
La inquietud, el anhelo de Sergei por conocer a Orozco se debió a un viaje que realizó a los Ángeles, en donde llegó a sus manos la traducción al inglés de la novela Los de debajo, de Mariano Azuela, la cual estaba ilustrada con grabados de Orozco. Ese libro fue el detonante para que estos dos genios, uno del cine el otro de la pintura, quisieran conocerse, aunque como escribió Sergei su encuentro ya se había dado en algún lugar de los campos Elíseos del éxtasis.
Orozco y Eisenstein, dos hombres contemporáneos, pero distanciados geográficamente, que a través de sus creaciones artísticas lograron romper la barrera del espacio para hermanarse por medio del arte. La novela de Mariano Azuela es sólo parte de una realidad que los hacía más cercanos de lo que parecía…
José Clemente Orozco nació el 23 de noviembre de 1883 en Cd. Guzmán, Jalisco.
Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Carlos. El resto de sus estudios académicos los hizo en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela de Agricultura de San Jacinto, de donde se tituló como perito agrícola. En 1906 comienza de sus estudios de pintura en San Carlos, en 1910 se unió al grupo del Centro Artístico, dirigido por el Dr. Atl. En esas fechas participaba ya como caricaturista.
Sergei Mikhailovich Eisenstein nació en Riga, Letonia, en 1898, en Moscú. Su padre era un arquitecto judío de origen alemán y su madre de ascendencia rusa. Estudió arquitectura y bellas artes. Formó parte de las milicias populares para participar en la Revolución de Octubre de 1917.
Su interés por el arte lo llevo a unirse al mundo del espectáculo. Comenzó haciendo decorados, dirigiendo e interpretando teatro para los soldados. En 1920 ingresó en el Teatro Obrero en donde fue nombrado director. Dejó el teatro para dirigir su primer largometraje: La huelga (Stachka, 1924). Y El acorazado Potemkin cinta que conmemoró los orígenes de la revolución.
Ambos realizaron parte de sus carreras en el extranjero.
Sergei en 1930, viajó a Europa y América. Los proyectos que presentó en Estados Unidos fueron rechazados y por miedo de sus ideas colectivistas y se escribieron panfletos en su contra llamándole «Eisenstein, el perro rojo». Eisenstein no pudo filmar nada en Hollywood y se dirigió a México,
Entre 1927 y 1934 Orozco vivió en los Estados Unidos en donde presentó algunas exposiciones y pintó murales en varias escuelas de ese país. En 1941 hizo un transportable para el museo de Arte Moderno de Nueva York.
Justo, es en su estadía en los Ángeles, Estados Unidos, donde Eiseinstein conoce el trabajo de Orozco. Aunque en Rusia ya había oído de él en voz de Diego Rivera. Es curioso como la vida, el destino o dios mueve a los hombres. Cuando estuvieron en Estado Unidos Orozco y Sergei no pudieron coincidir para conocerse.
En la exposición de arte mexicano abierta en el Museo Metropolitano de Nueva York, el 13 de octubre de 1930, se expusieron varias obras de Orozco: Zapata, El soldado, El muerto, Paz, La pulquería, Revolución, Melquíades y cuatro dibujos. Mientras Sergei negociaba en Nueva York la ruptura de su contrato con Paramount, del 10 de octubre al 2 de noviembre.
El l 15 de octubre, durante la estancia de Eisenstein, The New York Herald Tribune Informó que Orozco anunció en su estudio, que el primero de noviembre comenzaría los murales de la New School for Social Research. Orozco se encontraba en ese momento en la ciudad de Nueva York, de donde partió para California a finales de marzo de 1930 para pintar el Prometeo, que terminaría en la primera mitad del verano de 1930. Eisenstein, llegó a California el 14 de junio, cuando Orozco estaba a punto de terminar su mural.
Con sus caminos en la misma dirección pero que no se juntarían por el momento. El cuatro de diciembre Eisenstein decide viajar en tren a México bajo la influencia de los grabados de Orozco. El seis del mismo mes, en Nogales, en el viaje en tren realiza los primeros esbozos del guion en los cuales hace referencia a Orozco
Las referencias que Eiseinstein hace del pintor mexicano revela el impacto de los grabados de Orozco en su visión cinematográfica. Pues en los capítulos menciona a Orozco y la intención de tomar en cuenta elementos plásticos de su obra. Es así que los grabado de Orozco se convierten en el inició de ¡Que viva México!
Ya en México según una carta de Orozco a Jorge Juan Crespo el 21 de enero. Orozco realiza un viaje a México, busca a Eisenstein, pero el cineasta estaba en Tehuantepec filmando su película. Por lo que para conocerse físicamente entran en contacto a través de cartas e intercambian retratos.
La película que de titulo llevaría ¡Que viva México!, pensada como un documental dividido en cuatro partes, quedo inconclusa por problemas económicos. Por lo que Sergei tuvo que regresar a Rusia.
Sin embargo antes de irse por fin tuvo la oportunidad de conocer a José Orozco. En Nueva York, el 13 de abril de 1932, cuando Eisenstein iba de regreso a Moscu, aprovechó para visitar los Estudios Délficos para invitar a comer a Orozco. De ese encuentro Orozco comenta: Me pidieron que los acompañara y fuimos al Indian Ceylon Inn… Eisenstein… tenía un fino sentido del humor, el don de conducir cáusticamente la ironía y una personalidad de lo más agradable. Me Invitó cordialmente a que fuera a la Unión Soviética a pintar murales públicos.
Orozco y Enseistein se conocieron gracias a una novela, pero por lo que nos dicen sus obras ellos ya se conocían de otro lado.
Es en sus obras en donde dejarían plasmado su encuentro no en persona, sino uno que llevaba más tiempo de haberse dado, el encuentro de su alma creativa: Para muestra “El Acorazado de Potemkin. Desde su infancia Einseisten decía querer conocer México por ser el país en donde se dio la primera revolución del siglo. Y fue justo la revolución un tema recurrente y el arte el vínculo por el cual estos dos artistas nos enseñan sus similitudes.
Los grabados de la revolución de Orozco y la película El acorazado Potemkin de Eisenstein: En ambos casos se muestra el apego de los dos a la revolución.
Orozco: En el contenido social y la política del México pos revolucionario y su inconformidad por la situación del país. Como lo muestra su trabajo en el Hospicio Cabañas, de Guadalajara en donde muestra la escancia de México: el mundo indígena, sus héroes, la religión y la conquista con toda su violencia.
Por su parte Eisenstein expresa su fidelidad a la revolución rusa y destaca el protagonismo de las masas. Tanto en La Huelga, en El acorazado Potemkin y en Octubre. Sergei presenta a las masas que padecen.
El encuentro de Sergei y Orozco va más allá del libro de Azuela o su encuentro en Nueva York, es un encuentro a través del arte gracias al talento de José Clemente Orozco, que lo llevó a tener impacto más allá de nuestro país.
En las películas o en la plástica el interés de ambos fue captar y plasmar en los muros, en las cintas, las agonías y angustias del hombre, del dolor humano. la interpretación de la de la vida de forma explosiva, terrorífica poderosa. Los trabajos de Eiseinstein y Orozco son devastadores y satíricos con la realidad. No es posible ver las pinturas de Orozco y las películas de Sergei Einsteisen con indiferencia. Sus obras impactan, no sólo por las técnicas sino que también por su forma de captar lo doloroso de la existencia.
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